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Otro Clásico sin las Chivas

  • Juan Carlos Vera Bohne
  • 17 mar 2019
  • 3 Min. de lectura

Se confirma lo que pocos dudaban, las Chivas están en crisis. Han perdido los dos juegos contra el América de esta semana en Copa y Liga sin hacer un gol, generando escasas ocasiones de peligro y dejando una muy triste imagen en el clásico nacional.

Las Águilas dominaron de principio a fin los dos partidos, tanto en el Azteca como en Guadalajara, y en ningún momento sus triunfos estuvieron comprometidos. Fue un auténtico paseo que dejó descubiertas las carencias y los problemas de las Chivas que ya existían desde antes de Cardozo.

La caída del rebaño (futbolísticamente) empezó desde el último año de Matías Almeyda. Tras el campeonato del Clausura 2017 el equipo tuvo un año terrible en liga donde se quedaron sin liguilla y ocuparon los últimos puestos de la tabla, solo el título de la Concachampions salvó el año pero no a su técnico.

Jorge Vergara tenía que tomar una decisión, darle continuidad a Almeyda a pesar de los problemas que tenía con la directiva o dejar atrás la mejor época del rebaño en los últimos 50 años. El dueño decidió cambiar de rumbo y confiar en José Saturnino Cardozo que se encontró con un equipo herido.

Cardozo enfrentó la temporada con altas expectativas pero pocos recursos para lograr los objetivos. Con grandes ventas y ninguna compra de renombre, la directiva dejó sin protección a su entrenador. Aunque también es justo decir que llegaron algunos jugadores jóvenes de calidad y que el técnico paraguayo no ha podido hacer brillar, ni mucho menos.

En los últimos dos partidos ha quedado claro la poca idea futbolística y la actitud de los jugadores quedó cuestionada. Poco o nada que rescatar del equipo en los dos partidos claves de la temporada, ambos duelos los jugaron como equipo chico. Replegados y sin tener opciones de gol en 180 minutos.

En la Copa cambiaron el sistema táctico a 5-3-2 pero la idea no funcionó, en defensa tres centrales no pudieron contener a Nico Castillo y ofensivamente fueron inoperantes con sólo un tiro al marco. En liga Cardozo regreso a su usual 4-4-2 pero el equipo tampoco funcionó y tuvo que hacer un cambio a la media hora (probablemente táctico), luego sufrió con la expulsión de Molina y luego con la lesión de Pulido.

Ni futbol, ni suerte, ni inteligencia, ni ganas en el Club Deportivo Guadalajara. Pero esto no es nuevo, las cosas se han hecho mal desde hace varios años. La gran gestión de Matías Almeida ocultó varios problemas que viene arrastrando la directiva o mejor dicho Jorge Vergara quien es el máximo responsable de esta crisis.

Hace muchos años las Chivas dejaron de comprar jugadores de calidad, se invirtió fuerte en la cantera pero el proyecto ha fracasado rotundamente. En primera división hay pocos jugadores consagrados e incluso las joyas que han salido en los últimos años no han destacado en selección. Pizarro y Orbelín posiblemente sean los jugadores mas sobresalientes de las fuerzas básicas pero ninguno de los dos es la gran figura nacional.

Sin refuerzos ni talento las Chivas llevan muchos años. Sin Almeyda se han quedado sin su mente maestra, el ‘Pelado’ convirtió al Guadalajara de un equipo gris a un equipo campeón. Los constantes conflictos de la directiva con los entrenadores provocó que perdieran a su salvador y ahora han caída de golpe y porrazo su realidad.

A falta de seis jornadas, las Chivas están fuera de la liguilla. Un boleto para la fiesta grande tampoco se ve muy complicado porque están a un miserable punto pero podría ser más perjudicial que benéfico. El equipo no tiene opciones de pelear por el título, las historias de hadas existen en el fútbol pero ese cuento no se dará con las Chivas. Si llega a meterse a la liguilla será simplemente para participar porque jugando así jamás podrán llegar a la final.

Falta mucho para que termine la temporada pero es tiempo de tomar importantes decisiones y hacerse varias preguntas, la más importante podría ser ¿quién viene por Cardozo? Seguir apostando por el sería perder el tiempo porque claramente no ha podido y difícilmente el equipo cambie su cara en la recta final cuando no lo ha hecho en siete meses.

Es un toque de atención para Jorge Vergara, la gran preocupación no debería ser este torneo sino los siguientes dos, el próximo año futbolístico. ¿Quiénes serán los refuerzos? ¿Abrirán la cartera? ¿Cuál será el siguiente movimiento importante de Jorge Vergara en su organigrama?

Mientras se encuentran las respuestas a estas interrogantes, la actual situación es insostenible y los números de Cardozo son lapidarios. El equipo necesita un cambio pero no solo de entrenador sino de raíz. No puede ser que “de Chivas sagradas han pasado a borregos sin lana”, Roberto Gómez Junco.

 
 
 

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