Muy lejos del quinto partido
- Vera Bohne
- 4 jul 2018
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Por primera en la historia de los mundiales una selección fue eliminada en la misma etapa por séptima ocasión consecutiva, México posee ahora este no decoroso record al caer contra Brasil en los 8vos de final, una vez más. La pentacampeona del mundo despachó al cuadro azteca por marcador de 2-0, un resultado que no refleja el claro dominio de la ‘Canarinha’ que sólo batalló 25 minutos contra la presión mexicana, pero después de ese lapso el partido le perteneció en su totalidad a Brasil y no terminó en una goleada gracias a la gran actuación de Guillermo Ochoa.
El portero del Standard Lieja fue vital en los cuatro partidos de la selección mexicana en esta Copa del Mundo y se despidió del certamen como el arquero con más atajadas hasta ahora y es uno de los candidatos a llevarse el guante de oro de este mundial.
La gran actuación de Memo Ochoa pone en evidencia los problemas defensivos que arrastró México con Juan Carlos Osorio en los tres años de su mandato. Desde su primera derrota contra Chile hasta su último juego del mundial, el equipo de Osorio batalló mucho en partidos de eliminación directa. Fue un problema que nunca tuvo solución y se repitió en torneos internacionales.

La derrota contra Brasil no fue sorpresa pero para muchos fue decepcionante. Las expectativas generadas tras el arranque espectacular de México en el mundial ilusionó a todos, tanto a los protagonistas como a toda su afición, pero nunca pudieron igualar su actuación aquel 17 de junio en Luzhniki contra Alemania.
De más a menos fue descendiendo el nivel de la selección mexicana en Rusia, empezó con un partidazo, siguió con un buen triunfo, continuó con una patética actuación y terminó con un triste juego ante los uno de los favoritos para ganar el mundial. Brasil demostró la gran diferencia que todavía hay entre ellos.
Pero tal distancia no se plasmó en el campo sino después de los primeros 20 minutos, donde México presionó y neutralizó a Brasil, pero sus llegadas al área amazónica fueron estériles. Solo un tiro al marco del ‘Tri’ en todo el partido, fue de Carlos Vela y sin ninguna opción de ser gol, mientras que la ‘Penta’ generó cualquier cantidad de situaciones luego de sobrepasar ese difícil inicio de partido.
La gran diferencia se puede resumir en la calidad de los jugadores, donde los brasileños están todavía muy por encima de los mexicanos, un tema que sólo se puede contrarrestar con una gran estrategia, la cual no se dio en esta ocasión. Desde el once inicial había dudas por la inclusión de Rafael Márquez, quien a sus 39 años no tiene el fuelle para aguantar todo el partido y así el primer cambio (anunciado) se dio para empezar el segundo tiempo. Edson Álvarez era otra de las dudas en la alineación porque le había costado jugar de lateral en este mundial, tanto para terminar llorando después del partido de Suecia, sin embargo se optó por él. Sin hacer mal partido el defensor del América quedó condicionado por una amarilla y su juego concluyó apenas iniciado el segundo tiempo. Dos cambios defensivos que dejaron a México sin muchas opciones para el resto del juego.
Los ingresos de Miguel Layún y Jonathan Dos Santos no causaron una mejoría en el ‘Tri’, ni tampoco lo fue la entrada de Raúl Jiménez y el equipo se fue cayendo poco a poco hasta recibir el primer gol de Neymar. A partir de ahí México dejó de existir ofensivamente, el cuadro se desmoralizó y su funcionamiento ofensivo se apagó. La desesperación inundo la mente de los jugadores hasta quedar de manifiesto con el pisotón de Layún sobre Neymar que también hizo explotar a Juan Carlos Osorio al término del partido en donde se dedicó a criticar fuertemente al árbitro por permitir tanto teatro de Ney.

Sin opciones de empatar el partido se fue México hasta la recta final del partido. Un error defensivo le abrió las puertas a Neymar y Roberto Firmino para que consiguieran el segundo y pusieran fin a la participación azteca en Rusia 2018.
Siete mundiales consecutivos el ‘Tri’ ha caído en los octavos de final, un logro constante se ha convertido en un estancamiento alarmante, pero esta situación se esperaba desde antes del mundial. La suerte del sorteo puso a Brasil en el camino, aunque el equipo de Osorio tuvo la posibilidad de evitarlo cuando enfrentaron a Suecia, pero ese día jugaron terrible, como generalmente lo hicieron en partidos de vida o muerte.
La era Osorio todavía no termina oficialmente, muchos tienen esperanzas en el técnico colombiano que se quedó en el mismo lugar que sus predecesores, dentro de los mejores 16 pero muy lejos de la élite mundial. Su objetivo era llegar a semifinales, una meta muy ambiciosa para la calidad de sus jugadores que también pregonaron sus ilusiones de llegar muy lejos, incluso de ser campeones del mundo. Nada más lejos de la realidad, a México le falta mucho para jugar mano a mano contra las potencias, algo que siempre fue la intención de Juan Carlos Osorio pero con sus herramientas de trabajo era imposible de lograr.
Se acaba el mundial para México con el mismo resultado de siempre, y ahora se tiene que tomar la decisión de darle o no continuidad al proyecto de Osorio pero antes se tienen que responder varias preguntas, qué tan buena fue la era de colombiano, basta unas buenas eliminatorias para que se quede, qué tanto achicó la distancia que hay entre México y las potencias, qué tanto puede mejorar el ‘Tri’ con él, no fueron suficientes tres años para jugar mejor?
Son muchas interrogantes que necesitan analizarse, pero más allá de quién sea el técnico nacional, el fútbol mexicano necesita un cambio de raíz. La producción de buenos jugadores es escasa al igual que la importación de esos pocos casos al extranjero, el sistema de competencia en la LigaMX tampoco ayuda al crecimiento deportivo, como tampoco lo es la gran cantidad de jugadores extranjeros que permite la liga. El fogueo internacional de la selección también es parte del paquete que se tiene que cambiar para evitar jugar partidos moleros. Regresar a jugar la Copa América y Libertadores son dos prioridades que necesita trabajar la FEMEXFUT, dos torneos que eran pilares para el roce internacional.
Si México quiere dar el salto de calidad debe empezar desde la cantera hasta la dirigencia, que tiene que replantearse el camino trazado que hasta ahora ha servido para avanzar la fase de grupos en siete mundiales consecutivos pero que sigue esperando jugar su mentado quinto partido.
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